Había una vez un hombre que, en su juventud, profesaba el deseo de convertirse en un gran escritor.
Cuando le pidieron que definiera "gran", dijo: "¡quiero escribir cosas que lea todo el mundo, cosas que hagan a la gente reaccionar a un nivel verdaderamente emocional, cosas que les hagan gritar de incredulidad, llorar desesperados, aullar de dolor y liberar su cólera en formas que nunca habían soñado!"
El joven hizo realidad su deseo. Ahora trabaja para Microsoft, escribiendo mensajes de error.
domingo, 14 de diciembre de 2008
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3 comentarios:
Jejejejeje!!!
Jajajaja, es muy bueno, muy bueno!!!
... qué duras...
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